Lo nuevo de Amaral: una ratonera sin queso

Hola a todos:

Se ha armado una buena polémica por la nueva canción de Amaral. En muchos medios de comunicación se ha comentado el vídeo, en el que aparecen importantes políticos españoles y mundiales o golpeados, o limosneando o cruzando el Estrecho en patera, emigrando o… en fin, afectados por la crisis o por la ira popular harta de su ineptitud para solucionarla.

 

Después de la noticia, rápidamente, el comentario, ya en el propio artículo, ya en las reacciones de los lectores. Evidentemente, como todo en España, pronto acabó todo politizado y tratando de asignar a Amaral una posición política antes que una posición ideológica (no, no es lo mismo). No estaba seguro de querer opinar sobre el tema, pero para decidirlo, pensé que tendría que oír la canción primero. Y aquí está.

 

 

Y sí, tengo algo que decir. Pero no son comentarios políticos. Quiero hablar de lo que toca a este blog. Quiero hablar de música.

 

Para empezar por lo bueno, diré que sí, se puede considerar una canción protesta pero… ¿una canción política? La letra se podría aplicar sin problemas a la clase política, a traficantes de armas, a empresarios corruptos o incluso a maltratadores de parejas. Esta indefinición de la letra, desgraciadamente, juega en su contra, porque aunque cuenta con un par de momentos muy fuertes («No sé ni cómo duermes por las noches, estúpido farsante», «que te perdone Dios, no lo haré yo») , su fuerza se diluye ante la falta de concreción. No se sabe bien qué es lo que ha hecho para provocar esa reacción tan visceral, ni se identifica al autor. Sólo el vídeo nos aclara que se refiere a los políticos y de lo que ha hecho, sabiendo que hablamos de nuestra clase dirigente, todavía tenemos un mínimo de memoria. Pero no me gusta que sea un vídeo lo único que me puede indicar de lo que va una canción. Es propio de temas intencionadamente crípticos, pretenciosos, torpes, cobardes o una combinación de las posibilidades anteriores. La única excusa válida para tanta ambigüedad la doy a canciones protesta hechas en y contra regímenes sin libertades. Y no es el caso.

Así, la letra tiene fuerza pero le falta concreción. La música, no obstante, no tiene redención posible. No me imagino a nadie coreando esta canción. No es que no haya una melodía memorable, es que apenas es tarareable. Comprendo que el mensaje es ominoso, pero eso no implica que haya de carecer de ganchos.

 

Por último, el vídeo. A pesar de las apariencias, tampoco es claro. Nos muestra a los políticos así… ¿para criticarlos?, ¿para que sirvan de objetos de expiación?, ¿para alertarnos de que ellos también son personas, aunque se podría decir que los llaman animales?, ¿para vacunarnos contra tentaciones violentas? Esto último no es muy descabellado, ya que los mensajes que acompañan a las imágenes empiezan describiendo cosas muy cercanas a las consecuencias de la crisis, pero luego añaden temas sociales, temas de inmigración, racismo,… ¡y terminan derivando a mensajes delirantes! Algunos, incluso, son ridículos como que «1 de cada 2 ha sido atacado por un gremlin» o que «6 de cada 10 son vampiros». Esa mezcla debilita las primeras afirmaciones. Incluso me hicieron pensar que el objetivo del vídeo no era poner a los políticos en las situaciones que ellos generan, justo castigo por tanto, sino señalar lo absurdo de algunas acusaciones contra ellos, poniendo ejemplos extremos o hilarantes. Además, incluso en el caso de que su intención fuera mostrar a los políticos sufriendo los efectos de las medidas que tomaron, esto contradice la letra de la canción. Es decir, si en la letra quieres criticarlos, ¡no los pongas como víctimas en el vídeo!

 

En definitiva, la canción me parece mala porque la letra es muy poco clara, la música es floja y el vídeo contradiría el presunto mensaje del tema. Siendo sinceros, el conjunto (letra, música y vídeo) sólo funciona en la primera estrofa, que es la más fuerte y donde los elementos se complementan bien. El resto, al seguir la letra indefinida, y con imágenes de políticos extranjeros y mensajes «extraños», hace que ese posible significado inicial, dirigido a la clase política española, se vaya desliendo como un principio activo en un producto homeopático.

 

Hay un aspecto más del que me gustaría hablar, sobre la forma y el fondo, pero como no es específico de esta canción, lo dejaré para el próximo hilo.

 

Una lástima, sobre todo porque creo que Amaral quería hacer una canción que hablara sobre lo que está pasando y protestar por ello. Pero no les ha salido. No han querido o no han sabido emular a Bob Dylan (y eso que no serían la primera vez que lo intentan).

 

Os dejo con The Times They Are A Changin’ de Bob Dylan. El vídeo no es muy bueno, pero es muy difícil encontrar cosas originales de Dylan en Youtube.

 

 

Saludetes

 

Ártabro

 

P.S. Escucha recomendada: Gulliver de Joaquín Sabina

 

 

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